martes, 11 de septiembre de 2012

Resumen #2 TOC


Trastorno obsesivo-compulsivo
De acuerdo a la jefa de la Sección de Psiquiatría Infantil del Hospital Universitario Gregorio Marañón en Madrid, a lo largo de los últimos años se ha despertado un interés cada vez mayor de los pediatras y médicos de Atención Primaria por los trastornos psiquiátricos de los niños y adolescentes. Este interés está plenamente justificado ya que las consultas que reciben por problemas psiquiátricos son cada vez más frecuentes, y el número de pacientes que presenta síntomas emocionales asociados a las enfermedades pediátricas es cada vez mayor.
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) según Sanz, afecta al 0,5-1%, una cifra que puede parecer a primera vista insignificante desde el punto de vista cuantitativo, pero que adquiere un inmenso significado cuando se conocen las características del trastorno y el grado de sufrimiento y limitación que supone para los pacientes.
Quizás, muchos piensan que el TOC se desarrolla solo en adultos, sin embargo, esto no es así tal y como lo expresa Sanz:
     El período que va de los 5 a los 11 años es un momento típico para el inicio del cuadro clínico, que sin embargo rara vez se sospecha, y que también puede empezar antes de esa edad. Otro período clave será la adolescencia. Por tanto, el inicio del TOC es en líneas generales muy precoz con algunas diferencias en función del sexo, de tal forma que en los varones es más común el comienzo en la infancia, y en las niñas el comienzo en la adolescencia. (Pag. 3)
Tal y como se expresó anteriormente, el TOC puede ser detectado en la infancia o en la adolescencia, pero además expresa Sanz que este es un cuadro difícil de detectar en los niños y también en los adultos debido a que ellos no saben expresar lo que les sucede, o bien, sienten vergüenza. Otro factor añadido a esto, es que en la adolescencia  se da la confusión de los síntomas obsesivos y compulsivos con los rituales normales de la infancia.

Sintomatología Clínica
Según Sanz, el trastorno obsesivo-compulsivo se caracteriza porque el paciente sufre obsesiones y compulsiones que le producen intenso malestar y que no puede evitar. Sanz asegura que las ideas obsesivas invaden una y otra vez la conciencia del sujeto, de forma persistente y repetitiva, prolongándose durante horas a lo largo del día y limitando la vida personal, lo que genera intensa angustia.
Y es que este es un problema muy serio debido a las constantes frustraciones que sufre la perdona al no dejar su mente en paz. Así lo afirma Sanz en las siguientes líneas:
      La necesidad de dar vueltas una y otra vez a la misma idea tiene un carácter imperioso,      irreprimible, que resulta agotador, ya que no se puede eludir, a pesar de entender su irracionalidad. Las compulsiones, por su parte, son acciones que se repiten según determinadas reglas, y que tienen aparentemente una finalidad. (Pag. 4)
Son muchas las obsesiones que una persona puede tener, algunos ejemplos dados por Sanz son comprobar numerosas veces que se ha cerrado la puerta de la casa, o la llave del gas, o lavarse las manos para evitar contaminarse, tantas veces, que terminan por aparecer lesiones en la piel.
  Tanto las obsesiones como las compulsiones surgen y se fundamentan en el fenómeno de la duda y en el temor a que algo malo suceda. La duda lleva a dar vueltas una y otra vez a la idea obsesiva, y el temor a que algo malo pase conduce a la realización de múltiples rituales y compulsiones para evitarlo.
Lo más preocupante de todo esto es que si no se busca ayuda a tiempo, las compulsiones pueden ir dándose de manera progresiva tal y como afirma Sanz:
     Desde el punto de vista clínico el TOC puede comenzar por un único síntoma que persiste a lo largo de meses, o incluso de años, y al que se irán añadiendo nuevas obsesiones y compulsiones de forma progresiva. Los síntomas cambian además a lo largo del tiempo y se sustituyen unos por otros, aunque el contenido de alguno de ellos pueda permanecer.  (Pag. 4)
Como se vio anteriormente, el cuadro clínico comienza con una obsesión o con una compulsión que dura meses o años y luego puede cambiar a otra o a varias. Los síntomas además pueden seguir un curso fluctuante con períodos de mejoría y otros de empeoramiento.

Trastorno Obsesivo y medio familiar
Según Mardomingo, el trastorno obsesivo es uno de los que genera una mayor angustia y ansiedad en la familia. Mardomingo expone en las siguientes líneas, la magnitud del problema y cómo este afecta a terceras personas:
“ Los padres se preguntan cómo es posible que su hijo, tan normal en otras esferas de su comportamiento, tenga unos síntomas tan extraños y absurdos que no le dejan vivir ni a él, ni al resto de los familiares” (Sanz. pag 4).
Lamentablemente, las compulsiones y obsesiones llegan a tal punto que como se reflejó anteriormente, los familiares se frustran e incluso en ocasiones tienden a oponerse a que el niño o adolescente tome una medicación.
En pocas palabras, lo que recomienda Sanz es que se dé el tratamiento y enfoque adecuado al paciente para poder así evitarle sufrimiento al mismo y preservar la buena interacción con toda la familia.

Bibliografía
Sanz. M. Trastorno obsesivo-compulsivo. Recuperado el 7 de Setiembre del 2012, de http://www.sepeap.org/imagenes/secciones/Image/_USER_/MR_trastorno_obsesivo_compulsivo.pdf

No hay comentarios:

Publicar un comentario