Trastorno obsesivo-compulsivo
De acuerdo a la jefa de la
Sección de Psiquiatría Infantil del Hospital Universitario Gregorio Marañón en
Madrid, a lo largo de los últimos años se ha despertado un interés cada vez mayor
de los pediatras y médicos de Atención Primaria por los trastornos
psiquiátricos de los niños y adolescentes. Este interés está plenamente
justificado ya que las consultas que reciben por problemas psiquiátricos son
cada vez más frecuentes, y el número de pacientes que presenta síntomas
emocionales asociados a las enfermedades pediátricas es cada vez mayor.
El trastorno
obsesivo-compulsivo (TOC) según Sanz, afecta al 0,5-1%, una cifra que puede
parecer a primera vista insignificante desde el punto de vista cuantitativo,
pero que adquiere un inmenso significado cuando se conocen las características
del trastorno y el grado de sufrimiento y limitación que supone para los
pacientes.
Quizás, muchos piensan que
el TOC se desarrolla solo en adultos, sin embargo, esto no es así tal y como lo
expresa Sanz:
El período que va de los 5 a los 11 años
es un momento típico para el inicio del cuadro clínico, que sin embargo rara
vez se sospecha, y que también puede empezar antes de esa edad. Otro período
clave será la adolescencia. Por tanto, el inicio del TOC es en líneas generales
muy precoz con algunas diferencias en función del sexo, de tal forma que en los
varones es más común el comienzo en la infancia, y en las niñas el comienzo en
la adolescencia. (Pag. 3)
Tal y como se expresó
anteriormente, el TOC puede ser detectado en la infancia o en la adolescencia,
pero además expresa Sanz que este es un cuadro difícil de detectar en los niños
y también en los adultos debido a que ellos no saben expresar lo que les
sucede, o bien, sienten vergüenza. Otro factor añadido a esto, es que en la
adolescencia se da la confusión de los
síntomas obsesivos y compulsivos con los rituales normales de la infancia.
Sintomatología
Clínica
Según Sanz, el trastorno
obsesivo-compulsivo se caracteriza porque el paciente sufre obsesiones y
compulsiones que le producen intenso malestar y que no puede evitar. Sanz
asegura que las ideas obsesivas invaden una y otra vez la conciencia del
sujeto, de forma persistente y repetitiva, prolongándose durante horas a lo
largo del día y limitando la vida personal, lo que genera intensa angustia.
Y es que este es un problema
muy serio debido a las constantes frustraciones que sufre la perdona al no
dejar su mente en paz. Así lo afirma Sanz en las siguientes líneas:
La
necesidad de dar vueltas una y otra vez a la misma idea tiene un carácter
imperioso, irreprimible, que resulta
agotador, ya que no se puede eludir, a pesar de entender su irracionalidad. Las
compulsiones, por su parte, son acciones que se repiten según determinadas
reglas, y que tienen aparentemente una finalidad. (Pag. 4)
Son muchas las obsesiones
que una persona puede tener, algunos ejemplos dados por Sanz son comprobar
numerosas veces que se ha cerrado la puerta de la casa, o la llave del gas, o
lavarse las manos para evitar contaminarse, tantas veces, que terminan por
aparecer lesiones en la piel.
Tanto
las obsesiones como las compulsiones surgen y se fundamentan en el fenómeno de
la duda y en el temor a que algo malo suceda. La duda lleva a dar vueltas una y
otra vez a la idea obsesiva, y el temor a que algo malo pase conduce a la
realización de múltiples rituales y compulsiones para evitarlo.
Lo más preocupante de todo
esto es que si no se busca ayuda a tiempo, las compulsiones pueden ir dándose
de manera progresiva tal y como afirma Sanz:
Desde el punto de vista clínico el TOC
puede comenzar por un único síntoma que persiste a lo largo de meses, o incluso
de años, y al que se irán añadiendo nuevas obsesiones y compulsiones de forma
progresiva. Los síntomas cambian además a lo largo del tiempo y se sustituyen
unos por otros, aunque el contenido de alguno de ellos pueda permanecer. (Pag. 4)
Como se vio anteriormente, el
cuadro clínico comienza con una obsesión o con una compulsión que dura meses o
años y luego puede cambiar a otra o a varias. Los síntomas además pueden seguir
un curso fluctuante con períodos de mejoría y otros de empeoramiento.
Trastorno
Obsesivo y medio familiar
Según Mardomingo, el
trastorno obsesivo es uno de los que genera una mayor angustia y ansiedad en la
familia. Mardomingo expone en las siguientes líneas, la magnitud del problema y
cómo este afecta a terceras personas:
“ Los padres se preguntan
cómo es posible que su hijo, tan normal en otras esferas de su comportamiento,
tenga unos síntomas tan extraños y absurdos que no le dejan vivir ni a él, ni al
resto de los familiares” (Sanz. pag 4).
Lamentablemente, las
compulsiones y obsesiones llegan a tal punto que como se reflejó anteriormente,
los familiares se frustran e incluso en ocasiones tienden a oponerse a que el
niño o adolescente tome una medicación.
En pocas palabras, lo que
recomienda Sanz es que se dé el tratamiento y enfoque adecuado al paciente para
poder así evitarle sufrimiento al mismo y preservar la buena interacción con
toda la familia.
Bibliografía
Sanz. M. Trastorno obsesivo-compulsivo. Recuperado el 7 de Setiembre del
2012, de http://www.sepeap.org/imagenes/secciones/Image/_USER_/MR_trastorno_obsesivo_compulsivo.pdf
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